martes, agosto 28, 2007

¡Pobre Probo!

Siempre ha habido puristas de la lengua, lingüistas, gramáticos o académicos que se erigen en autoridad tronante para pontificar sobre lo que los hablantes de una lengua dicen bien y lo que dicen mal, según ellos. Para ellos, la norma escrita (gramáticas y diccionarios académicos, textos literarios de referencia, etc.) es una biblia de la que todo lo que se aparte es anatema.
Sin embargo, la lenguas humanas cambian constantemente. Las palabras, con el uso, adquieren nuevos significados que no tenían antes y pierden algunos de los que venían teniendo. También van cambiando de forma por desgaste fonético o por mecanismos de derivación morfológica. Eso es algo que ha ocurrido, ocurre y ocurrirá siempre en cualquier lengua humana que se hable por una comunidad de hablantes, y que la norma escrita (por ejemplo, el Diccionario de la Real Academia Española, o similares para otras lenguas) no pueden recoger en tiempo real. En mi opinión, lo que realmente describe a una lengua no es la norma escrita, sino la norma hablada, es decir, lo que la mayoría de hablantes dicen en un momento dado.
Últimamente tuvimos un ejemplo muy conocido de purista de la lengua, con la publicación de varias ediciones de "El dardo en la palabra", de Fernando Lázaro Carreter. No obstante, como decía al principio, siempre ha habido puristas. Un ejemplo que se cita a menudo como una de las fuentes más importantes para el estudio del Latín vulgar es el llamado Appendix Probi. Se trata se un apéndice a unos escritos gramaticales redactados en el siglo III-IV de nuestra era por un monje llamado Probus. En este apéndice, se dan 227 indicaciones de lo que según el autor la gente dice mal en el Latín de la época y de cómo se debería decir. Por ejemplo:


  • vetulus non veclus

  • calida non calda

  • viridis non virdis

  • socrus non socra

  • ...




Pero la línea que siempre me produce una mezcla de ternura y morbosa satisfacción es la de

auris non oricla

Ese es el destino de todos los puristas: al final el tiempo les pone en su sitio. Prácticamente todos los hablantes de Latín de la época en la que se redactó esta lista de 'errores' debían decir algo así como oricla, en vez de la correspondiente palabra del Latín clásico, auris. oricla es una evolución fonética de auricula, el diminutivo de auris (auris > auricula > auricla > oricla). Todas las lenguas romances actuales (en realidad, el Latin hablado de hoy en día) utilizan derivados de oricla: Esp. oreja, Cat. orella, Gall./Pt. orella/orelha, Fr. oreille, It. orecchio, Rom. ureche, etc.
Y es que, a pesar de los esfuerzos del pobre Probo por que la gente volviera al Latin "correcto" y dijera auris, todo el mundo siguió diciendo oricla...




lunes, junio 04, 2007

Ortografías imposibles

¿Cuántas veces hemos oído aquello de que "aprender inglés es muy difícil porque no se escribe como se habla"? Dejando aparte la cuestión de que pocas lenguas hay en las que "se escriba como se habla", lo cierto es que palabras del inglés escrito como "enough" /i'naf/, "knight" /nait/, "hiccough" /'hi.kap/ o "island" /'ai.land/ desaniman a los estudiantes más animosos. Se atribuye a George Bernard Shaw la cita según la cual, siguiendo las "normas" de la ortografía inglesa, la palabra fish se podría escribir como ghoti, donde "gh" representaría la /f/ (tal como se pronuncia en enough), "o" representaría la "i" (como se pronuncia en women) y "ti" representaría el sonido "sh" (como en nation).
Y sin embargo, comparado con otras lenguas, el sistema ortográfico inglés puede parecer un dechado de regularidad. Que yo conozca, hay dos lenguas que se llevan la palma en el mundo de las ortografías imposibles: el tibetano y, sobre todo, el gaélico. En ambos casos se trata de ortografías históricas, que reflejaban más o menos fielmente la pronunciación de la lengua hace varios siglos, pero que no se han adaptado a los cambios fonéticos que dichas lenguas han sufrido desde entonces. El resultado son ortografías aberrantes, disparatadas, casi ideográficas, pero que - por lo menos para mí - tienen algo de artístico, de estético, de fascinante.
Veamos algunos ejemplos en gaélico irlandés:

    i gcaitheamh, /a 'ga:/, (durante)
    ar agaigh, /ar 'ai/, (delante de)
    gnóthaigh, /gru:/, (ganar)
    d'fhoghlaim (mé), /'do:.lam/, (aprendí)
    oíche mhaith, /'i:çe wa:/, (buenas noches)


Me lo hemos preguntado a menudo


    (a) Me pintamos las sillas ayer
    (b) Te habéis maquillado muy bien para el Carnaval
    (c) Me hemos preparado el equipaje
    (d) Te miráis en el espejo


¿Por qué estas frases parecen ser agramaticales en todas las lenguas? Desde un punto de vista lógico podrían tener sentido:


    (a) Una o más personas y yo pintamos ayer las sillas de mi casa
    (b) Una o más personas y tú han maquillado tu cara
    (c) Una o más personas y yo hemos preparado mi equipaje
    (d) Una o más personas y tú os miráis en el espejo


Si alguien sabe de alguna lengua en la que este tipo de frases (sujeto de primera o segunda persona plural y objeto directo o indirecto con la misma persona pero en singular) agradecería un comentario. Y si alguien tiene una explicación al respecto, también.

A ver si me lo explicamos...

viernes, mayo 25, 2007

Nuevos factores para la clasificación tipológica de lenguas

A raíz de un comentario que hizo Yolanda a la entrada sobre la etimología de la palabra whisky, los dos hemos abierto una nueva línea de investigación conjunta que, según parece, nos puede llevar a proponer una nueva clasificación tipológica de las lenguas humanas en función de factores tan novedosos como son:


el té



el tomate



y la patata.







Empecemos por el té. Reproducimos aquí un extracto de la web de Gernot Katzer sobre especias y plantas aromáticas referido a la etimología de las dos denominaciones prácticamente universales de la planta del té: y sus variantes, y cha y sus variantes:

In the Mandarin, the Northern dialect of Chinese, the logograph 茶 “tea” is pronounced as cha; consequently, this form was borrowed by languages spoken in those countries that imported their tea by inland traffic via the silk route, which originated from the Northern region of China. Examples are Hindi and Urdu cha [चा, چاء] or chay [चाय, چاۓ, چائے], Farsi chay [چای], Arabic shay [شاي], Dhivehi sai [ސައި], Amharic shayi [ሻይ], Tigrinya shahi [ሻሂ], Russian and Macedonian chaj [чай, чај], Georgian chai [ჩაი], Turkish çay, Greek tsai [τσάι], Romanian ceai and Czech čaj.

Some nations neighbouring China have similar names for “tea”: In Thai [ชา], Korean [차] and Japanese [茶, ちゃ], the name is invariably cha. These names might have proceeded also from the Mandarin form or from some other Chinese dialect with similar pronunciation of that word. For example, in Cantonese the sign 茶 is pronounced as chah, rather close to the Mandarin form.

In countries where tea entered by seabound trade, the word took a different shape defined by the Amoy (Minnan) dialect, which is spoken in the coastal Fujian province in the East of China and in Taiwan. In that area, the glyph 茶 is pronounced te. Thus, the name of tea is teh in Indonesian and Malay, thee in Dutch and tea in English, where the vowel was originally pronounced as in lay. The Dutch and English forms became the predecessors of most names of tea in the tongues of Western Europe, e.g., French thé, Italian tè, Norwegian, Swedish and Welsh te, Finnish and Estonian tee, Latvian tēja, Yiddish tey [טײ] and also Hebrew teh [תֵּה]. Cf. also Telugu teyaku [తేయాకు] “tea”.

Some languages have forms of both types, e.g., Kannada chaha [ಚಹಾ] and te [ಟೇ] “tea” or Tamil chaya [சாய] “tea” and teyilai [தேயிலை] “tea leaf”. In Vietnamese, the plant is denoted che [chè] and the beverage tra [trà] (spoken approximately cha in the South)."


Es evidente que la denominación de la planta del té en las diferentes lenguas nos cuenta una historia: la de por qué ruta llegó esa planta a los diferentes países.
Y según ese factor, podríamos dividir las lenguas del mundo en dos grandes grupos:

  • Lenguas téicas (introducción por vía marítima, denominación derivada de te, del dialecto Minnan)

  • Lenguas cháicas (introducción por vía terrestre, denominación derivada del chino mandarín cha)



Entonces se nos ocurrió ver qué pasaba con otros alimentos que son de introducción relativamente reciente en Euroasia: el tomate y la patata.

Clasificación de las lenguas humanas según el factor tomate

Después de consultar la palabra tomate en diferentes lenguas, llegamos a la siguiente clasificación tipológica:

Lenguas tomáticas

    Albanés = domatja
    Alemán = Tomate
    Árabe dialectal = tumatam
    Bretón = tomatezenn
    Búlgaro = Домат
    Castellano = tomate
    Catalán = tomàquet
    Coreano = t’omat’o
    Estonio = tomat
    Griego = ντομάτες
    Inglés = tomato
    Islandés = tómatur
    Letón = tomāts
    Maltés = tadama
    Marathi = tomato
    Nahuatl = tomātl
    Noruego = tomat
    Pandjabi = tamatar
    Tibetano = dro.ma.tes
    Turco = domates
    Urdu = timater

Lenguas pomodóricas

    Árabe estándar = banadura
    Bieloruso = Памідоры
    Georgiano = pamidori
    Italiano = pomodoro
    Lituano = pomidoras
    Napolitano = pummarola
    Polaco = pomodor
    Ruso = Помідор
    Tadyico = pomidor
    Ucraniano = pomidor
    Uigur = pamidur
    Yiddish = (der) pomidor

Lenguas paradisíacas

    Alemán de Austria = Paradeiser
    Eslolveno = paradižnik
    Eslovaco = paradajka
    Húngaro = paradicsom
    Serbio = Парадајз
    Sueco = Paradisäpple/Tomat

Lenguas aisladas

    Arameo = badjoné
    Chino mandarín = fān qié
    Croata = rajčica
    Farsi = guwdje farangi (lit. ciruela europea)
    Gaélico irlandés = tráta
    Galés = afal cariad (lit. manzana del amor)
    Hebreo = avgania
    Kurdo = badincané sor (sor = rojo)
    Malgache = voatabia
    Malayalam (y casi todas las démás lenguas dravídicas) = takkāli
    Mongol = ulaan lool (ulaan = rojo)
    Nepalí = golbhedä
    Pashto = surbandjan (surkh = rojo)
    Quechua = chilltu
    Rumano = rosie


Clasificación de las lenguas humanas según el factor patata

Después de consultar la palabra patata en diferentes lenguas, llegamos a la siguiente clasificación tipológica:

Lenguas patáticas

    Albanès = patatja
    Árabe = batatas
    Castellano = patata
    Catalán = patata
    Faka tonga = pateta
    Gaélico escocés = buntàta
    Galés = taten
    Gallego = pataca
    Griego = Πατάτα
    Inglés = potato
    Italiano = patata
    Noruego = potet
    Sueco = potatis
    Tagalog = patatas
    Turco = patates


Lenguas trúficas

    Aragonés = trunfa
    Romanche = truffel
    Occitano = trufa


Lenguas kartofélicas

    Alemán = kartoffel
    Búlgaro = Картоф
    Danés = kartoffel
    Georgiano = kartopili
    Letón = kartupelis
    Rumano = cartof
    Ruso = Картофель
    Tadyico = kartoshka
    Ucraniano = Картопля
    Uzbeko = kartoska


Lenguas krúmpicas

    Bosnio = krompir
    Croata = krumpir
    Húngaro = krumpli/burgonya
    Serbio = Кромпир
    Valón = Crompire


Lenguas terraqueomanzánicas

    Alemán dialectal = Erdapfel (lit. manzana de tierra)
    Farsi = sib zamin (lit. manzana de tierra)
    Francés = pomme de terre (lit. manzana de tierra)
    Hebreo = tapuach adama (lit. manzana de tierra)
    Neerlandés = aardappel (lit. manzana de tierra)


Lenguas aisladas

    Checo = Lilek brambor
    Finlandés = peruna
    Húngaro = burgonya/krumpli
    Indonesio = kentang
    Japonés = jagaimo
    Kurdo = sêvik
    Lituano = Valgomoji bulvė
    Malagache = ovy
    Malayo = pokok kentang
    Mongol = tömösö
    Nahuatl = Tlālcamohtli
    Polaco = ziemniak
    Swahili = kiazi
    Tibetano = sho.gok


Existe un encendido debate académico sobre la adscripción del húngaro a la lenguas krúmpicas o a las lenguas aisladas, o sobre si existen argumentos suficientes para colocar al galés como lengua patática, argumentos basados en la posible derivación de "taten" de una potencial forma *pataten.

domingo, mayo 20, 2007

Sutilezas del subjuntivo

Hace unas semanas Ignacio Bosque citaba dos frases de ejemplo a propósito del subjuntivo en una entevista en EL PAÍS:

(1) No se casó con ella porque estaba embarazada.
(2) No se casó con ella porque estuviera embarazada.

Los interesante de estas dos frases es que por la primera sabemos positivamente dos cosas:

(1.i) Él no se casó con ella
(1.ii) Ella estaba embarazada.

mientras que por la segunda podemos asegurar que

(2.i) Él se casó con ella
(2.ii) Ella estaba probablemente embarazada, o al menos eso creía él.

domingo, abril 08, 2007

Whisky con agua

Whisky. Palabra del inglés derivada del gaélico "uisce beatha", pronunciado aproximadamente [ushki bia] y que significa literalmente "agua de vida", y por lo tanto es equivalente en significado a palabras como "aquavit" o "eau de vie". Al igual que otra bebida de alta graduación, el "vodka" ruso, que literalmente significa 'agüita' - voda, en ruso -, se remonta a una raíz indoeuropea *wed/*wod/*ud de donde se deriva el gaélico "uisce", 'agua' (< *wed-skio) o el inglés "water", 'agua' (< *wod-or).

sábado, abril 07, 2007

Destinos inciertos

En el siglo VI a.C. el latín era una oscura lengua itálica, hablada en una aldea del Lacio por apenas unos cuantos cientos de personas. Etruscos, cartagineses y galos, entre otros, estuvieron en un tris de destruir Roma antes de que alcanzara su esplendor, conquistara media Europa y extendiera por ella su lengua. Nadie en aquel siglo VI a.C habría dado un puñado de trigo por aquella lengua. Hoy la hablamos - en sus diferentes variantes: castellano, catalán, gallego, portugués, francés, italiano, rumano, etc. - varios cientos de millones de personas alrededor del globo.

A partir del siglo V d.C. el latín vulgar hablado en la península ibérica se fue diversificando en un conjunto de dialectos con características particulares según la zona. Así surgieron hacia el siglo VII los romances gallego, astur-leonés, castellano, navarro-riojano, aragonés, catalán y otras variantes poco conocidas que englobamos con el nombre de "mozárabe". En una zona comprendida entre el norte de la actual provincia de Burgos y el sur de la actual Cantabria, zona al parecer poco romanizada y con posibles influencias célticas y éuskaras, surgió una variedad de romance con unas características bastante peculiares, que lo distinguían de otras variedades vecinas (astur-leonés, riojano-navarro). De no haber sido por la invasión árabe del siglo VIII, muy posiblemente esta variedad de lengua románica habría quedado relegada a los valles donde surgió. Sin embargo, durante la llamada Reconquista, dicha zona - Castilla - fue ampliándose y ganando en poder militar y político, y con ello el romance castellano se fue imponiendo a otras variedades hasta alcanzar el status que tiene hoy en día, en vez de quedar como una oscura y peculiar lengua románica hablada por unos cuantos hablantes en los valles del norte de Burgos, o desaparecer.

Ojo con el ojo!

La palabra "aceite" tiene una historia curiosa. Su origen es árabe (< ar. "az-zayt", 'aceite', con el artículo determinado árabe incorporado), pero muy posiblemente el castellano estaría utilizando un derivado de la palabra latina "oleum", como pasa en catalán "oli", francés "huile" o italiano "olio", de no ser porque los cambios fonéticos que sufrió el latín vulgar al irse convirtiendo poco a poco en romance castellano provocaron un choque entre dos palabras muy frecuentes en la lengua. La palabra para "aceite" en latín vulgar era "olio". En la zona donde surgió con el tiempo el romance castellano, "olio" fue cambiando su pronunciación hasta pasar a "odsho" (pronunciado como pronunciaría "pollo" un castizo madrileño, con una africada sonora, el mismo sonido que se oye en inglés "George"). Pero al mismo tiempo, otra palabra muy común en la lengua, que en latín vulgar se pronunciaba algo así como "ocllo" (< lat. "oculum") también pasó a pronunciarse "odsho" en romance castellano. En este caso, la evolución siguió y dio lugar a nuestro "ojo". Pero en el caso del "odsho" que venía de "olio", la palabra dejó de usarse, seguramente porque sonaba exactamente igual que la palabra para 'ojo' - y de hecho, de haber seguido su evolución fonética normal, hoy también se pronunciaría "ojo" -, y porque a raíz de las emigraciones mozárabes desde el sur y desde el este, zonas de donde por cierto provenía el aceite, apareció una nueva posibilidad de sustituirlo con el término árabe "az-zayt", que no daba lugar a confusión ninguna.
De no haber existido esa posibilidad de cambio léxico, es posible que hoy para decir "ojo con el aceite" dijéramos "ojo con el ojo"...

domingo, marzo 04, 2007

Lenguas y normas

Parece existir una creencia general bastante arraigada según la cual nuestras respectivas lenguas maternas - sobre todo si se trata de una lengua de prestigio y con una tradición literaria - nos cayeron del cielo un buen día a los hablantes, naturalmente junto con una gruesa gramática ya redactada que establecía de forma inequívoca cómo se deben hablar y escribir esas lenguas.
Por poner un ejemplo: a una pregunta como ¿por qué la gramática española dice que el pronombre lo se utiliza para referentes masculinos singulares en función de objeto directo, mientras que le se utiliza para referentes masculinos o femeninos, singulares, en función de objeto indirecto? la respuesta casi invariable es algo así como "porque así es como se dice en español correcto". Sin embargo - podríamos contestar -, en una zona del norte de Castilla como Burgos, donde se supone que la gente habla castellano bien hablado, el sistema pronominal es totalmente distinto del que dicta la gramática normativa, y frases como "la di el libro a ella" o "el bocadillo se le comió" se oyen constantemente y son percibidas como normales por una mayoría de la población. Bueno - contestará nuestro interlocutor - es que eso está mal dicho y resulta que los burgaleses son laistas y leistas (y algunos, según parece, hasta loistas). Ya -seguiremos nosotros - pero, ¿no parece un poco raro que, de repente, a casi todos los de Burgos y de otras zonas norteñas les haya dado por decir le en vez de lo, o la en vez de le? ¿Es que se han vuelto tontos o son ganas de ir contra corriente? ¿Cómo puede ser que en la zona donde nació la lengua castellana ésta se hable 'mal'?
La respuesta está en que la mayoría de burgaleses habla una variedad de castellano que no corresponde a la variedad reflejada por la norma, es decir, por la gramática normativa del idioma castellano que se toma como estándar y que, por razones históricas, se basa en la lengua hablada en Toledo en el siglo XVI.